Cascada de Gujuli
Sigo reprocesando mis viejas glorias con las nuevas técnicas de procesado que he ido aprendiendo y esta vez le ha tocado el turno a esta foto de la cascada de Gujuli.
Me acuerdo que terminamos allí por casualidad, después de una excursión de monte que nos supo a poco. Afortunadamente, tenía un trípode cuya residencia permanente era el maletero de mi coche. Era un trípode marca Velbon, de esos malos y grandes, con manivela para subir la columna central.
A pesar de que por esas fechas no era yo muy amigo de los trípodes, ésta era la ocasión perfecta para desempolvarlo e intentar hacer una exposición larga. De hecho creo que era la primera vez que lo utilizaba para hacer una foto seria.
Me costó muchísimo buscar una posición en la que saliera toda la cascada. De hecho, la única forma de conseguirlo fue situar el trípode sobre unos inestables arbustos que daban directamente al acantilado. Por unos momentos pensé que me quedaría sin trípode y sin cámara, aunque por otra parte hubiera sido la excusa perfecta para comprarme el siguiente modelo de cámara.
Ahora sólo me faltaba conseguir el efecto seda sin filtros. Afortunadamente, por aquellas fechas estaba aprendiendo fotografía con el libro "Los Secretos de la exposición fotográfica", de Bryan Peterson, y en uno de los temas explicaba que para conseguir el efecto seda en una cascada bastaba con medio segundo de exposición, así que cerré el diafragma a F/16 y traté de derechear lo máximo posible el histograma para lograr ese medio segundo de gloria:
Me acuerdo que terminamos allí por casualidad, después de una excursión de monte que nos supo a poco. Afortunadamente, tenía un trípode cuya residencia permanente era el maletero de mi coche. Era un trípode marca Velbon, de esos malos y grandes, con manivela para subir la columna central.
A pesar de que por esas fechas no era yo muy amigo de los trípodes, ésta era la ocasión perfecta para desempolvarlo e intentar hacer una exposición larga. De hecho creo que era la primera vez que lo utilizaba para hacer una foto seria.
Me costó muchísimo buscar una posición en la que saliera toda la cascada. De hecho, la única forma de conseguirlo fue situar el trípode sobre unos inestables arbustos que daban directamente al acantilado. Por unos momentos pensé que me quedaría sin trípode y sin cámara, aunque por otra parte hubiera sido la excusa perfecta para comprarme el siguiente modelo de cámara.
Ahora sólo me faltaba conseguir el efecto seda sin filtros. Afortunadamente, por aquellas fechas estaba aprendiendo fotografía con el libro "Los Secretos de la exposición fotográfica", de Bryan Peterson, y en uno de los temas explicaba que para conseguir el efecto seda en una cascada bastaba con medio segundo de exposición, así que cerré el diafragma a F/16 y traté de derechear lo máximo posible el histograma para lograr ese medio segundo de gloria:
Cascade de Gujuli / Goiuri |
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