Me encanta que los planes salgan bien
Como dice el título de la entrada, me encanta cuando planifico una foto y sale bien.
Siempre había pensado que tenía mucho potencial la vista que se aprecia sobre el Anboto desde numerosas zonas del Gorbea. Así que unos días antes hice una excursión con el único propósito de investigar alguna localización en la que la vista sobre este valle fuera lo más limpia posible. Cuando la encontré, apunté la coordenada en el programa GPS del móvil con el propósito de volver en un amanecer, ya que por las mañanas el Sol sale por la zona del Anboto, y tal y como comentaba en una entrada anterior, éste es mi esquema de iluminación favorito para paisajes.
Ahora sólo faltaba elegir un día en el que las previsiones del tiempo fueran favorables, es decir, pocas nubes, poco viento y previsión de nieblas matinales.
El compañero con el que fuí (Aitor Acedo) siempre me dice que él prefiere con más nubes. Pero con lo que cuesta madrugar prefiero no arriesgarme a que una nube pueda tapar la salida del Sol.
Efectivamente. Lo reconozco. Soy un segurola.
Después del madrugón, llegamos con tiempo de sobra al lugar indicado y hubo suerte: -Había niebla en el valle!-
Ya sólo faltaba esperar a que el Sol saliese.
Curiosamente, y después de esperar 20 minutos, el Sol salió justo en el único momento en el que me había dado la vuelta para fotografiar el pico Aldamín teñido de rojo. Afortunadamente reaccioné a tiempo para dar la vuelta al trípode y llevarme a casa la foto que tenía planificada.
Últimamente me estoy dando cuenta de que la satisfacción que produce obtener una fotografía en la que tú has intervenido en todo el proceso creativo es inmensamente mayor que si te limitas a copiar una fotografía que ya existe.
Siempre había pensado que tenía mucho potencial la vista que se aprecia sobre el Anboto desde numerosas zonas del Gorbea. Así que unos días antes hice una excursión con el único propósito de investigar alguna localización en la que la vista sobre este valle fuera lo más limpia posible. Cuando la encontré, apunté la coordenada en el programa GPS del móvil con el propósito de volver en un amanecer, ya que por las mañanas el Sol sale por la zona del Anboto, y tal y como comentaba en una entrada anterior, éste es mi esquema de iluminación favorito para paisajes.
Ahora sólo faltaba elegir un día en el que las previsiones del tiempo fueran favorables, es decir, pocas nubes, poco viento y previsión de nieblas matinales.
El compañero con el que fuí (Aitor Acedo) siempre me dice que él prefiere con más nubes. Pero con lo que cuesta madrugar prefiero no arriesgarme a que una nube pueda tapar la salida del Sol.
Efectivamente. Lo reconozco. Soy un segurola.
Después del madrugón, llegamos con tiempo de sobra al lugar indicado y hubo suerte: -Había niebla en el valle!-
Ya sólo faltaba esperar a que el Sol saliese.
Curiosamente, y después de esperar 20 minutos, el Sol salió justo en el único momento en el que me había dado la vuelta para fotografiar el pico Aldamín teñido de rojo. Afortunadamente reaccioné a tiempo para dar la vuelta al trípode y llevarme a casa la foto que tenía planificada.
Últimamente me estoy dando cuenta de que la satisfacción que produce obtener una fotografía en la que tú has intervenido en todo el proceso creativo es inmensamente mayor que si te limitas a copiar una fotografía que ya existe.
Amanecer con vistas al Anboto |
Te salió mejor que bien ! Una de tus fotos más ensoñadoras !!!
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